Alegrías en la UNal


En setiembre del 2014 estuve de paseo por la Nacho (sip, por la Nacional de Colombia, para que veas que el ser masoquista nunca deja de ser) con el objetivo de dejar un ejemplar de Suspensión del silencio y Lugar Común a don Juan Manuel Roca.
Por suerte no tuve que caminar mucho. Apenas crucé el portón de la calle 30 lo vi camino a casa.

                                     




Y bueno, así fue como le dejé los libritos y también un ejemplar de Huellas en la nieve de los ojos.
Dicen que "el que parte y bien reparte, se queda con la mejor parte". Me pregunto si estoy repartiendo bien estos libritos, porque de vender, casi no vendí nada. 



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