mientras el respaldero lucha con mi espalda



enderezándola
para que no duela tanto
como el agua en vasijas que vierto en un monitor,

leo y copio,
leo y tipeo.
Mis dedos,
lombrices ciegas,
memorizan
la ubicación de las teclas.
Yo sólo me ocupo
de no
entrecruzar versos ajenos , de cuidar una coma
o una minúscula.

Mientras tanto
una lengua extranjera,
una voz agridulce me raspa los oídos,
lobo-pantano cantando la oscuridad
pero yo sólo entiendo la guitarra
pero menos que eso,
capto únicamente
laconfusiónelsusurroguturalsusbrazos
ich ich ich ich
ich no habla alemán.

No hay comentarios: