Kharma, Dharma y lo que está en medio


Se suponía que iba a hablar de dos cosas que encontré en mi camino en el fin de semana: una petaca de Tres Leones y una carreta decorada con CDs. Pero la mala onda se apoderó de mi, así que voy a preguntarme por qué demonios me tocan a mi ciertas cosas que son mala onda también? Si estoy pagando por algo, al menos me gustaría saber qué por qué hechos míos exactamente me viene el ty'a raku, mala vibra o como se la quiera llamar. La carga sería menos pesada.

Y bueno, en esas estuve esta siesta, a éso de la una menos cuarto, cuando el sol se hace piedra sobre la piel y uno se siente con menos aliento.Pesado, un pie primero, después el otro, después el de antes, luego el mismo otro de hace rato. Mcal. López está lleno de autos, al lado del Migone un poco de sombra, los taxistas toman tereré en la esquina.

Llego a Perú, luego a Irrazábal. Faltan dos cuadras para llegar a Azara, pero presiento que la clínica a la que voy ya no está ahí. No tengo ningún sexto sentido desarrollado, pero en efecto, la clínica no está donde me dijeron que estaría. Hay, en vez de alguna recepcionista, 3 mujeres fumando.Las tres se ocupan de informarme q la clínica ya no está ahí, una me da la nueva dirección. Debo caminar otras 4 cuadras, una de ellas es casi una colina.O sea que para llegar al bendito dermatólogo tengo que hacerme de la Heidi. Lástima que no hay ni ovejas ni pasto.

Llego al lugar. Dos puertas de vidrio blindado; del picaporte redondo cuelga un cartelito amarillo. Cerrado.Son las dos menos cuarto. Llevo casi una hora caminando, y si quiero tener cita tengo q esperar una hora y cuarenta y cinco, así que mando todo a la china e invoco a todos los habitantes del inframundo(diablo, demonio, Belzebú y otros malditos por el estilo.)No se presentan.

Tomo mis bártulos y vuelvo a Perú para tomar el 13 o el 44. Heidi baja la colina a buscar las ovejitas, pero en lugar de éso encuentra una mariposa con las alas plegadas en la vereda. Una actitud medio suicida, la de la mariposa. Pruebo suerte, me agacho y la invito a mi mano(pasa una señora, "Mirá, una mariposa, jeje".) La mariposa abre y cierra sus alas, camina un poco por mi mano izquierda, se sube a mi bolso mientras yo busco el celular para tomarle una foto.Nunca antes se quedó una mariposa en mi mano por tanto tiempo. Dos fotos, una de alas abiertas y otra con las alas semicerradas. Sigo caminando con la esperanza de que en algún momento se despierte y vuele. Y se despierta y vuela hasta el árbol de naranja al otro lado de la calle.


Alguna vez, algún milagro debe pasar.

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